Mayo de 1969 es inconfundiblemente recordado en nuestro país por ser testigo de aquellas heroicas jornadas de lucha protagonizadas por nuestra clase contra la feroz Dictadura de Juan Carlos Onganía, bautizadas como el “Cordobazo”. El grado de combatividad y conciencia alcanzado por nuestra clase en aquellos años logró su punto más alto en 1970, cuando al calor de las luchas, surgió la experiencia del sindicalismo clasista encarnado principalmente en los sindicatos del SITRAC (Sindicato de Trabajadores de Concord) y el SITRAM (Sindicato de Trabajadores de Materfer) en Córdoba. Aquella ejemplar forma de organización obrera se caracterizó por su independencia del Estado Burgués y por su carácter anticapitalista, antiburocrático y antiimperialista. Gregorio “Goyo” Flores fue dirigente del SITRAC. A 40 años del Cordobazo, este militante incansable de la clase trabajadora, compartió su experiencia con nosotros en una Mesa debate llevada a cabo el pasado 2 de junio en el local de Amsafé de la ciudad de Rosario. Transcribimos algunas de sus palabras:
“La burocracia sindical es un cáncer, es un tumor maligno que tiene el movimiento obrero en sus entrañas. Por eso las burocracias sindicales tienen como finalidad ser la correa de transmisión de todo lo que sea el Estado. La contra es que los obreros tengan su propio partido por ejemplo...el clasismo, fundamentalmente se llama clasismo porque lucha por organizar a los trabajadores con independencia del estado Capitalista, de los grandes patrones y de la burocracia sindical. Por eso decimos que la organización es independiente de los patrones y de la burocracia sindical y de los partidos que representan los intereses de los patrones como el PJ o la UCR”.