A pesar de que los titulares de los diarios rezan que en la actual etapa histórica la burguesía no logra alcanzar los anteriores niveles de producción y ganancia que tenia antes de la crisis (2009), no significa que estas en algunos sectores no hayan aumentado realmente.
La tan nombrada en discursos palabrita productividad, por patrones y gobiernos, puede explicarnos el porque de esta situación.
Cuando hablamos de productividad estamos hablando del rendimiento de la actividad productora de bienes por un tiempo determinado. En sentido capitalista, la forma mas usual de medirla es estableciendo una relación entre la cantidad de bienes producidos y la cantidad de trabajadores ocupados en la producción de dichos bienes. Para dar un ejemplo hipotético, una fábrica que produce mil productos x por mes con 200 obreros, tiene una productividad mas alta que otra que produce la misma cantidad cantidad de productos por mes, utilizando más obreros que en el primer ejemplo.
Por otro lado la crisis, aunque implacable e independiente de la voluntad de los patrones, les viene como anillo al dedo a las grandes patronales para eliminar a su competencia capitalista, además de achicar “costos” en mano de obra a través de despidos o rebajas salariales. No otra forma tienen las patronales de salir de ella.
En el primer caso la misma tiene sentido desde su lógica en tanto les otorga la posibilidad de que sean los mas fuertes quienes logren recuperarse de ella. Esto se da o a través de la solvencia que poseen los más poderosos para superar las crisis; o a través de la fusión con otros capitalistas para aguantar la tormenta. Claro esta que esta concentración capitalista descansa, se nutre y revitaliza mediante el trabajo obrero cada vez más súper explotado.
Como simple ejemplo, el día 11/6/10, la Comisión Directiva de la UOM de Villa Constitución denuncia en un comunicado (ver Diario del sur de V.C), la supeexplotación a la que esta sometiendo a sus trabajadores la empresa Acindar. Luego de que la empresa obligara a buena parte de sus operarios a “acogerse a los retiros voluntarios” o “jubilaciones anticipadas” durante el pico de la crisis, hoy esta exprimiendo a los que quedan con jornadas agotadoras. Por otro lado la denuncia del sindicato, lejos de ser un grito de guerra, constituye un grito de impotencia ante la presión y descontento del conjunto de los laburantes. Sobre todo un intento de despegue de la posición de verdugo que ocupo junto a la patronal.
Lo mismo pasa en la fabrica Paraná Metal. Aunque con características propias, todos sabemos que el objetivo de tanto incumplimiento salarial con los trabajadores en esa empresa es el mismo; quedarse con menos obreros trabajando para superexplotarlos, resultándoles insuficientes los retiros voluntarios o despidos encubiertos o las suspensiones con rebaja salarial que se vinieron dando bajo la mirada y la ayuda cómplice de la burocracia sindical. Lo que esta claro es que los patrones aseguran y aumentan sus ganancias, mientras nosotros los que ponemos el lomo y generamos la riqueza, hemos perdido derechos y puestos de trabajo. En un sistema social injusto, las crisis económicas aunque afectan a sectores numerosos de la patronal, en nosotros, que nada tenemos mas que nuestra fuerza de trabajo para ofrecer, nos lleva a la muerte sino accionamos y organizamos al margen y en contra de las maniobras de la burocracia sindical y sobre todo teniendo en claro que nada bueno puede esperarse del patrón, como lamentablemente ocurrió y ocurre en Malhe. (ver nota “Odio de clase en Boletín nº 7 del P.O.P.)
No otra cosa debemos ver en “la lenta recuperación de sectores” como la siderurgia, automotrices o de maquinaria agrícola del sur santafesino del cual los diarios dan cuenta, que el aumento constante del trabajo obrero logrado a través del chantaje criminal de los despidos, el recorte de horas y las suspensiones. Todas medidas aplicadas e instaladas bajo la mirada cómplice del gobierno provincial y nacional, los ministerios de trabajo y la burocracia sindical tanto de la CTA como CGT.
A su vez todos los mecanismos extras de salvataje para la burguesía, proveniente todo del trabajo obrero, continúan siendo provistos por el gobierno desde el Estado- que los representa- en forma de “subsidios”. Mientras una nueva carretillada de guita de la ANSES, como hace pocos días, fue destinada nuevamente a las automotrices, por otro lado se nos niega a los trabajadores aumentos reales. Solo se nos conceden limosnas que en la totalidad de los casos, no superan el miserable 25%. Y encima en forma escalonada.
Asumiendo que pocos gremios lograron romper el techo salarial que este admite, el Gobierno y el Ministerio de Trabajo Nacional acusaron rápidamente al conjunto de los trabajadores del país con su dedo inquisidor para que a nadie se le ocurra hacer lo mismo.
Para los jubilados el presente es aun peor y el horizonte no promete ser mejor ante un gobierno que dice que darles condiciones dignas de vida a nuestros viejos es imposible. Para tapar esto larga fuegos de artificio para todos lados. Así lanzo el famoso aumento del mínimo no imponible de un 20%, que es una burla para los trabajadores. El mismo, (si bien ya esta siendo demolido incluso por la propia burguesía en su relativo alcance, porque simplemente no compensa la suba de precios acumulada en dos años); es por demás de ridículo además de ser una hijaputes propia de recaudador medieval. Se les cobran impuestos a las ganancias a los laburantes entretanto se les concede todo a las empresas como la Barrick Gold yanqui en materia de impuestos, tierras y recursos. El gobierno nos mata de hambre a activos y pasivos, mientras se baja los calzones frente a la gran burguesía!
Los laburantes estatales si bien no sufrimos la desocupación que afecta a los privados, continuamos en situación de ajuste y extrema pobreza dado los insuficientes alcances de los “aumentos” transados por la burocracia sindical a espaldas de los trabajadores o en congresos truchos. Particularmente en la provincia de Santa Fe continua la precarización laboral en el ámbito estatal, el trabajo en negro y la falta de cargos en sectores elementales como la salud, la educación y tantos otros lugares. La situación en las escuelas, con edificios que se caen a pedazos, pibes que reciben dos mangos por cabeza para sobrevivir, basta como ejemplo del momento en el que estamos los laburantes en general por causa de este y todos los gobiernos.
Por eso compañeros ninguna noticia que sea alentadora para las patronales redunda mecánicamente en beneficios para los trabajadores. Que les vaya bien o les empiece a ir bien no significa que a nosotros también nos sonría la vida. Si hay repunte en la actividad económica, si “la copa se derrama”, significa que para nosotros solo hay migajas, y que las migajas que recibamos las tendremos que pagar con nuestro sudor, sangre y sacrificios.
Es momento de revertir esta situación y pelear y recuperar todo lo que nos roban a diario.
Para tirar abajo el ajuste y la explotación debemos persistir en la organización y la lucha independientemente de patrones, gobiernos y burócratas.
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