Un 16 de Septiembre de 1976 los estudiantes secundarios de La Plata fueron secuestrados en un operativo de la dictadura militar denominado “La Noche de los Lápices”. Lejos de reivindicar a los compañeros como unos ingenuos muchachos que pretendían el boleto estudiantil, estas breves palabras pretenden acercarnos a la verdad, en principio porque aquellos jóvenes que no superaban los 18 años de edad pertenecían a las organizaciones combativas de aquella época. Lo que los convertía en militantes, que no solamente participaban de un frente concreto, sino también en militantes de una política con objetivos claramente definidos. En aquel momento muchas de estas organizaciones se planteaban seriamente como objetivo la patria socialista. Sin duda la dictadura militar apunto su dedo hacia los compañeros que osaron desafiarla movilizándose en las calles planteando tal reivindicación como un enfrentamiento claro al gobierno militar.
En estos tiempos donde la situación nacional se verifica en una avanzada por parte de la derecha y la reacción que se moviliza en pos de condenar, perseguir y atacar a los militantes de las organizaciones populares y revolucionarias, e incluso a los jóvenes desposeídosa quienes les ofrecen duras condenas por su condición de pobres, negros y villeros. Una nueva Ley de educación que pretende imponer una educación privatista descalificando el trabajo docente y con escuelas de cuarta para el pobrerío. El sistema capitalista esta tan podrido, que el futuro que nos ofrece es de alineación y lumpenizacion o como ultimo recurso ser obreros súper explotados. La desaparición de Jorge Julio López, en una nueva demostración del carácter terrorista del estado que mantiene una línea histórica desde la dictadura militar a hoy ( pues esta democracia es burguesa y por ende la dictadura de la clase dominante), lo que define el carácter irreconciliable de las clases y los términos en que se debe emprender la lucha, el enemigo de clase no perdona, nosotros tampoco.
Las tareas que se plantean a la juventud se inspiran en la conducta de aquellos compañeros de “La Noche de los Lápices” y de tantos otros jóvenes que supieron honrar sus vidas emprendiendo el camino de la lucha por el socialismo. Oponerse al sistema capitalista desde la organización revolucionaria, dispuestos al combate hasta sus últimas consecuencias.
Ser capaces de demostrar en las calles el espíritu combativo de la juventud que bajo la vanguardia revolucionaria se debe constituir en la primera línea de la lucha contra la opresión y el capitalismo reivindicando la única revolución posible, la revolución socialista.