En medio de un paro cuya convocatoria sollozó la CGT -porque les fue impuesto y cumplido por miles y miles de trabajadores- una cuestión decisiva ha sido adelantar pasos contra la pretensión dominguera de la burocracia porcina que escupió contra la movilización, y hoy podemos decir que los trabajadores y el pueblo en general no permitieron que una jornada de lucha -como debe entenderse una huelga general- se convirtiera en una repugnante maniobra “descompresiva” de la la caldera de clase.
Cientos de miles de compañeros han impedido que la CGT continuara con su manejo al servicio del gobierno descaradamente patronal, presentándose a la cabeza de una medida que de tan largamente requerida por la misma realidad de miseria impuesta al conjunto de los laburantes, ni siquiera podrán aprovechar para lavar el culo sucio que apoyan en sus sitiales.
Haber pasado por encima de la orden de los burócratas con movilizaciones, cortes y piquetes, pone en mejores condiciones a los trabajadores cuya voluntad de lucha crece, para tomar en sus propias manos decisión y características de la lucha imprescindible frente a tanta guerra declarada por el capital a los explotados y oprimidos.
Dijimos en una declaración con que acudimos a un Encuentro realizado en Lanús dos días antes del paro:
“La cosa pasa en lo inmediato por el carácter del paro del lunes, porque si se dominguea, la burocracia habrá obtenido una ganancia, extendiendo una tregua a favor de los planes imperialistas. Si en cambio demostramos que la lucha es y va a ser dura por nuestra parte, les quitaremos hasta la posibilidad de jugar con fuego, encendiendo y apagándolo cuando y como quieran.