Conversad con un labrador, con un obrero; se ocupará de sus
cosas, de su oficio; nada os hará suponer que piensa en la patria.
[...] No hablan a cada momento de la patria los que la engendran, sino
los que la explotan”
Rafael Barret. (1876-1910 Pensador y escritor
anarquista)
A finales del siglo XVIII el mundo se ve convulsionado por la
aparición y consolidación de las ideas burguesas.
Se producen importantes cambios a partir de la revolución francesa que
va a sentar las bases ideológicas para el capitalismo, a la vez que en
Inglaterra se produce la revolución industrial que da el despegue para
que el modo de producción capitalista se imponga al mundo de manera
concreta y material.
El capitalismo no hubiera sido posible sin la gran masa de capital
acumulado, que fueron el oro y la plata extraídos de América.
Fue precisamente el sistema colonial el que facilito esos grandes
cambios y el traspaso definitivo del modo de producción feudal al modo
de producción capitalista.
Para principios del siglo XIX las colonias americanas y más
específicamente el virreinato del Río de la Plata empezaron a sentir
esos cambios.
Eso fue así, porque el modo de producción capitalista a diferencia de
los anteriores permanentemente está en expansión, necesitaba hacerse de
nuevos mercados para colocar su producción y territorios de los cuales
obtener materias primas. Las colonias españolas en América
fueron esos territorios.
Se abrió un proceso de independencia de esas colonias donde sus clases
dominantes nativas pretendían romper con la dependencia colonial que se
había vuelto una traba, para poder sumarse al librecomercio y
entrar al Mundo Capitalista.
Esta y no otra es la historia por la cual se produce el 25 de Mayo de
1810 ,a partir de esta fecha el territorio del virreinato se
convulsiona y se producen cruentas batallas por la conformación de lo
que hoy conocemos como Estados Nacionales.
Esas clases criollas que eran en su mayoría hacendados y comerciantes
van a motorizar los cambios que llevaron a una mayor concentración de
tierras en pocas manos (producto del genocidio y la matanza de miles y
miles de aborígenes) y la cría del ganado para comerciar con Inglaterra
que era la potencia en ese momento.
Esta breve reseña es solamente para dejar sentado que lo que hoy
intentan hacernos creer como una fecha que nos pertenece a todos, no es
mas ni menos que la historia de cómo se fue formando y consolidando en
nuestro país una oligarquía terrateniente conjuntamente con su ejercito
que llevaría las riendas de ese Estado Nacional.
En 1910 al cumplirse el centenario la Argentina ya era un país
capitalista dependiente, su mapa de clases se había modificado y ahora
existía una clase obrera organizada que se oponía a la oligarquía y los
nuevos burgueses.
Para 1910 la clase obrera organizada se oponía al centenario porque no
representaba en absoluto los intereses de los trabajadores, era
totalmente ajena porque ya la clase obrera se sabia internacionalista y
que no podían existir fronteras que la dividieran, los intereses
nacionales no son mas que los propios intereses de los capitalistas y
sus clases dominantes para defender sus ganancias y la continuidad de
la explotación.
Por esa razón para el centenario las clases dominantes se vieron
amenazadas frente a la lucha obrera y declararon el estado de sitio, a
la vez que desataron una cacería contra los trabajadores al punto tal
que no quedaba espacio en las comisarías de tantos obreros presos.
Sin duda que frente a los festejos del bicentenario nuestra postura es
la misma que la de aquella clase obrera de principios del siglo XX. No
se trata más que de una nueva fantochada para realzar la idea de una
patria que nos es totalmente ajena, porque sus orígenes mismos son de
la explotación capitalista.
Esta patria, este país, esta nación, este gobierno que hoy festeja 200
años, festeja la explotación capitalista, festeja su dependencia del
imperialismo, festeja sobre lo que nuestro sudor y nuestra sangre
produjeron y produce.
Estos festejos del bicentenario son una nueva excusa para seguir
pagando la deuda externa.
A tal punto que a los fondos para el pago de la deuda les pusieron
“fondos del bicentenario”.
Entre tanto para los trabajadores la crisis se profundiza, los salarios
no alcanzan, crece la carestía de la vida y cada día que pasa somos más
miserables.
No tenemos nada que festejar porque esta fecha no nos pertenece.
Que se quede la burguesía con su 25 de Mayo, que ya sabremos los
obreros más temprano que tarde hacer nuestra propia revolución.