El setentista, nuestro combatiente, jefe político de la Tendencia Marxista Revolucionaria. Perteneció a las filas de la más alta expresión de lucha revolucionaria que dio nuestro pueblo, y fue parte integrante de la Fracción Roja del PRT-ERP.
“El Cuarto”, así lo conocieron quienes recorrieron junto a él la militancia cotidiana y el combate diario contra nuestro enemigo de clase.
Sostuvo con total integridad, coherencia y convicción, los principios que desde el comunismo signan a un revolucionario a cumplir con su único deber: hacer la revolución.
Así fue que sembró en nosotros la conciencia de la Oposición de Izquierda para mantener con firmeza los principios bolcheviques; la necesidad de la lucha por la Revolución permanente en oposición al etapismo reinante luego de que la revolución fuera traicionada y la necesidad de la aplicación de un programa, que con la intervención de los militantes revolucionarios se haga carne en los trabajadores y el pueblo.
Después de que la dictadura contrarrevolucionaria arremetiera con el exterminio de los combatientes revolucionarios y se reafirmara la dominación con la restauración de la democracia burguesa en el año 83 en nuestro país , continuó firmemente en el derrotero de la construcción del partido revolucionario, contra todas las corrientes pacifistas, reformistas y oportunistas que aumentaron su fuerza orgánica proporcionalmente a la destrucción de fuerzas combatientes de aquella época y sostuvieron con argumentos viles que la lucha revolucionaria de los años sesenta y setenta había fracasado y por lo tanto ahora estábamos en “otra etapa” y desde hace 40 años sostienen la estrategia electoralista como única salida posible.
Intransigente con los revisionistas, se dedicó a elaborar teoría revolucionaria para contrarrestar la ola de antimarxistas que luego de la restauración capitalista en la URSS, pulularon y coparon el pensamiento de las conciencias claudicantes.
Un sobreviviente al que el enemigo no logró quebrar ni con la tortura, ni con la cárcel, un compañero intachable. Nunca una víctima.
A nosotros, sus compañeros de organización, los que nos alineamos bajo su comandancia, nos toca asumir la militancia revolucionaria tal como “el Cuarto” nos enseñó, tal como la aprendimos en estos 25 años, en las calles, en la lucha, en el pensamiento y la acción revolucionaria.
Comprometer el máximo esfuerzo para que esta línea del pensamiento y de acción revolucionaria se mantenga viva, porque con él aprendimos que “A los compañeros no se los llora, se los reemplaza”, por esta razón continuamos sosteniendo en alto sus banderas.
Edgardo Giura, “El Cuarto”, el hombre que supo hacer de cada día de su vida hasta su muerte y aún después de ella, el ejemplo de cómo el marxismo revolucionario se profesa en pensamiento, acción y estrategia revolucionaria.
Compañero Edgardo Giura. Presente !
Ahora y siempre.