Mientras tanto, como decíamos más arriba, los planes federales de vivienda que siempre salen a anunciar con bombos y platillos no solo tienen tres o cuatro años de atraso -aún no se completó la ejecución del Plan Federal I, que arrancó en el 2001- sino que además aquellas viviendas que se construyen tienen serios problemas de edificación -humedad, mampostería que se cae, etc- sin mencionar que, en la mayoría de los casos, se construyen en terrenos deprimidos (con los serios problemas de inundaciones que esto acarrea), lejos del centro de la ciudad y sin acceso a los servicios públicos –agua corriente, gas natural, transporte, etc-. Gobierno provincial y nacional se tiran la pelota, culpándose unos a otros mientras las viviendas siguen sin construirse. Además, los planes contemplan algunos pocos millares de casas, cosa que no palia en lo más mínimo los gravísimos problemas habitacionales que tiene el pueblo de Santa Fe.
El problema de la vivienda esta íntimamente ligado al trabajo y sobre todo al salario digno que equivale poder ganar lo que marca o demanda la canasta familiar; esta incluye, un techo digno, alimentarse bien, que los jóvenes estudien, que tengamos derecho a la recreación, a las vacaciones, etc. Por eso, aunque a algunos pocos “afortunados”, el gobierno “nos deje en condición de “legales”, de “contribuyentes” o de futuros poseedores de casas escrituradas- como en el caso de los FONAVI –la realidad marca que es imposible separar las monedas a fin de mes para cumplir con todo sin que se nos vaya la vida en ello. En este sistema injusto a los laburantes siempre nos faltan 5 pal peso.
Tampoco se trata de andar suplicando créditos baratos para ver si nos alcanza con lo poco que ganamos. Algo tan básico como nuestra vivienda no va a llegar de ningún Banco usurero. Y menos se trata de pedir por una “justa distribución de la riqueza” o por “una reducción de la desigualdad social”. Una vida digna para el Pueblo, con todo aquello que necesita sólo es posible a condición de suprimir la riqueza. La lucha, como nos dicen los Gobiernos no es contra la pobreza. Es contra la riqueza que genera miles y miles de pobres en todo el mundo.
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Ocupación de las tierras en las ciudades y de las viviendas dedicadas a la especulación a fin de lograr un techo digno para todos los que carecemos del mismo.
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No a la erradicación de las villas para hacer negocios. Viviendas dignas y amplias en los lugares donde ya vivimos, con luz, agua potable, transporte, pavimento, cerca de las escuelas y los centros de salud.
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Plan de Obras Públicas a nivel Nacional, Provincial y Municipal para dar trabajo a los desocupados.
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Servicios básicos gratis (agua, luz, gas) para todos los que no podamos pagarlos por bajo sueldo o desocupación.
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Reducción de la jornada laboral a 4 horas en las grandes empresas sin bajar los salarios.
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Supresión de las horas extras y aumento de salarios para que nadie tenga que prolongar el horario porque no alcanza.