El año pasado los estudiantes, docentes y no docentes de la Escuela de Enfermería salimos a la calle a pelear por mejoras en las condiciones edilicias, de salario, pase a planta de los contratados, nuevos cargos jtp, etc. Después de haber marchado cientos de veces y haber tomado rectorado solo logramos promesas de los directivos de construir un edificio para enfermería, la creación nada más que 20 cargos para primer año siendo que en los demás años también hacen falta nuevos cargos docentes, y la realización un nefasto convenio con Pami para becas a los estudiantes que incluye el pago de $200 a la institución por alumno retenido (convenio realizado por el decanato y Pami central) y por la cual los estudiantes deberán retribuir en un futuro ya que si son llamados por PAMI deben ir a trabajar allí descartando cualquier otra opción laboral que tengan.
En definitiva no se logró ni lo más mínimo.
Pero ante tantas mentiras y promesas tenemos que sacar alguna lección. No podemos esperar nada de las camarillas universitaria, ni del rector ni del decano. Todo lo contrario, si confiamos en estas lacras, como ahora vemos, solo recibiremos por parte de ellos puñetazos que nos golpean de lleno a los estudiantes y trabajadores de Enfermería.
Es hora de revisar y balancear las luchas del año pasado para ser más contundentes porque, aún con los mismos problemas, se hace urgente retomar la pelea. Se impone entonces profundizar los reclamos y los métodos para, salir a la lucha, siempre confiando nada más que en nuestra propia fuerza para no capitular ante los cantos de sirena que son las promesas del Decano y del Rector, sus llamados a reuniones para “encontrar” soluciones, etc. Porque las promesas son nada más que eso, promesas. Los tiempos debemos ponerlos nosotros. Por eso, hasta no conseguir lo que es justo, hay que seguir luchando. Y nada de chirolas. Queremos que las irregularidades en el cursado se arreglen definitivamente y no un poquito ahora y otro poquito después. Queremos un edificio nuevo para la Carrera de Grado ya, y no queremos seguir cursando ni un día más en el Patio de la Madera.
Queremos que la falta de docentes se solucione de inmediato. Y que no nos vengan con el cuentito de que pedimos mucho, porque lo que reclamamos es lo mínimo e indispensable para comenzar a formarnos como profesionales de la Salud de nuestro pueblo. Nada más que lo mínimo e indispensable, que eso quede claro.
Es necesario que nos organicemos en asambleas de base para determinar un plan de lucha contundente por nuestros reclamos. Todos juntos, estudiantes, docentes y no docentes, debemos resolver desde asambleas como revertir esta situación. Debe ser la asamblea la que mande y no los que negocian con la Educación del pueblo. Ese es el primer pequeño paso para lograr una verdadera Universidad al servicio de los trabajadores y el pueblo.
¡Asamblea ya en enfermería!
Fuera el rector Darío Daiorana y toda su camarilla.
Fuera la camarilla del Decano Crisci de la Facultad.
Formación de nuevos cargos docentes para todos los años de la carrera.
Construcción de un edificio propio.